¿Alguna vez has sentido miedo a perderte algún acontecimiento o noticia importante? ¿Has sentido la necesidad de estar consultando el móvil o las redes sociales para ver si salía alguna información de tu interés?
Este fenómeno es algo cotidiano y hay una palabra en psicología para ello: FOMO, por las siglas en inglés Fear Of Missing Out, que significa miedo o temor a perderse algo.
Aunque, como animales sociales que somos, siempre hemos necesitado saber de los demás y siempre ha sido muy adaptativo aprender de lo que le pasa a los otros, nunca antes hemos tenido tantas facilidades tecnológicas para estar al día de lo que pasa a nuestro alrededor: buenas y malas noticias (acerca del mundo o de nuestras personas cercanas), avances científicos, novedades sobre nuestras aficiones, etc. Y no solo contamos con un acceso a toda la información mundial, sino que la tenemos de forma inmediata.
¿Y qué pasa cuando nuestro tiempo es limitado y no podemos abarcar todo? Hay que elegir y hay que renunciar.
Se dan un buen número de problemáticas a causa del FOMO. Por un lado, el miedo a perdernos algo importante puede generar cierto nerviosismo o ansiedad cuando no se tiene acceso a la información. O bien, si tenemos acceso, el FOMO nos lleva a la conducta compulsiva de consultar continuamente para saber qué está pasando.
Esta compulsividad es susceptible de derivar en una tecnoadicción o nomofobia (miedo irracional a estar sin el móvil) y, a la larga, cuando un comportamiento compulsivo no puede resistirse, aparecen malestares emocionales como la melancolía y el estrés (Matusik y Mickel, 2011).
Hay estudios que indican que los posibles efectos del FOMO dependen de la personalidad de cada persona (Lin y Jian, 2022). A algunas personas les afecta más el tener que decidir entre atender a una información o a otra. Por ejemplo, decidirse entre una de las múltiples redes sociales o decidirse entre dos alternativas de ocio diferentes que ocurren al mismo tiempo. A otras personas les produce verdadero pánico arrepentirse de su elección o les afecta sobremanera haber elegido de forma equivocada. Además, el estudio refiere que algunas personas necesitan más que otras de compararse socialmente en lo que hacen o lo que les pasa. Lo que sí es común a casi todas las personas es que el «efecto FOMO» genera un uso compulsivo de las redes sociales por Internet.
¿Qué podemos hacer si sufrimos de cierto nivel de FOMO?
Ante el «miedo a perderse algo» podemos optar por el «disfrute de perderse algo» (JOMO: Joy of Missing Out en inglés). Se trata de dejar de tener el foco en lo que se pierde y centrar la atención en lo que se gana por desconectar. Ganamos introspección, contacto con uno mismo, calma, relax y otras muchas bondades puestas de manifiesto cuando realizamos actividades como mindfulness, relajación, deporte o practicamos nuestros hobbies menos tecnológicos. Dejar de lado la multitarea y centrarse en una tarea concreta. O realizar un «detox digital». Esto es, dejar de lado el móvil o la tecnología durante un tiempo determinado, atravesando el malestar inicial que nos puede generar la desconexión y poniendo atención en aquellas bondades que no se pueden disfrutar cuando estamos hiperconectados.
Como cualquier otra adicción, ser capaz de dejar de lado el elemento adictivo es vital. Las recompensas inmediatas y los estímulos son muy elevadas y se genera muy fácilmente una dependencia que conlleva un gran malestar cuando no se satisface. Si puedes solo/a adelante, si no, siempre puedes contar con ayuda de profesionales de la psicología para ello.
Autor del Articulo: Oscar García
Referencias bibliográficas
- Matusik, S.F. y Mickel, A.E. (2011) Embracing or embattled by converged mobile devices? Users’ experiences with a contemporary connectivity technology. Hum. Relat., 64, 1001–1030
- Lin, S.-C. y Jian, E.-T. (2022) Effects of Personality Traits Concerning Media Use Decisions on Fear of Missing Out and Social Media Use Behavior. Behav. Sci., 12, 460. https://doi.org/10.3390/bs12110460